Cine, ética y Relaciones Públicas

MEDIO: House organ: "Las hojas Kennedianas de Relaciones Públicas"
FECHA: Octubre 2011
Cine, ética y Relaciones Públicas

Cine y ética en Relaciones Públicas

Lejos de resultar pretencioso, este artículo intenta aproximar al cine hollywoodense con la ética universal en Relaciones Públicas y, a raíz de ello, menuda tarea, hacer un anclaje en nuestro contexto nac & pop.

UNO
Más de una vez -más de dos, tres o cuatro también- en el mundo de los poderosos, cuando surgen trifulcas en donde están implicadas las megacorporaciones o lo que es igual a que esté en medio algún gobierno pujante o del G8, aquel lugar donde siempre el poder se identifica con la posesión de los medios de comunicación, las Relaciones Públicas toman partida para ser su eficaz brazo ejecutor. Recordarán ustedes, por ejemplo, la película Wag the Dog del año 1997, conocida por estos lares como Escándalo en la Casa Blanca, en la que se utilizaba estratégicamente una guerra ficticia para contraponer el boom que supuso la noticia de un escándalo sexual que ligaba al presidente norteamericano con el abuso de una menor. Guionada por David Mamet, posiblemente uno de los mejores en su trabajo a lo largo y ancho del planeta, cuenta cómo a través de los medios de comunicación –sí, a través de las Relaciones Públicas y su manejo sobre el status quo de la opinión pública- se puede influir sobre las decisiones y los pensamientos de la gente. Por ahí anda la cuestión: ética, cine y Relaciones Públicas.

DOS
Cuando la coyuntura requiere que las explicaciones sean siempre contemporáneas, más nunca o pocas veces históricas, lejos del berretismo espiritual à lo Paulo Cohelo: “La vida está para adelante, no para atrás”, y donde, pese a ello, no parece pertinente señalar la aparición-propagación de videos de famosas desnudas para ocultar trasfondos mayores –desde #lafoto de Silvina Escudero hasta el nuevo torneo que propone AFA-, emerge un filme del año 2006 –bastante nuevito, verá usted- que ha sido paradigma del uso de la disciplina PR dentro del cine: Thank You For Smoking, conocida en Latinoamérica como Gracias por Fumar. Analizada en más de una cátedra universitaria, mencionada seguramente dentro de cinefilias pedantes o en alguna charla de tono entusiasta, Gracias por Fumar señala una problemática meta-cine: el cómo las tabacaleras, mediante las Relaciones Públicas y vía Hollywood, intentan recuperar el prestigio de los cigarrillos. Aquí se ponen en juego la ética y el hasta dónde da el profesional en pos de proteger su trabajo. Apocalíptico o no, eso será harina de otro costal.

TRES
Allí, Nick Naylor, encarnado por Aarón Eckhart a quien seguro tienen de Batman: The Dark Knight como Two-Face otrora fiscal Harvey Dent, será el portavoz de una poderosa tabacalera. En el momento en que el senado intenta poner una pegatina en las cajas de cigarrillos –los ejemplos reales de Brasil, Perú y España son tremendos; búsquenlos en Google que todavía es gratis-, Nick propone como solución acudir a Hollywood y recuperar la imagen que tenían de antaño. En consecuencia: ¿es Naylor un héroe identificable o el villano de la historia? En otras palabras, el tipo cumple con su trabajo pero éste, a su vez, implica dejar de lado el valor “vida” (los porqué se sobreentienden). Así, la película se convierte, entonces, en un manual de persuasión y manipulación masiva. Peligroso pero efectivo manual, claro está. De esta manera, si hilamos fino, el debate sobre propaganda, persuasión y manejo de la opinión pública sigue estando metido en nuestra realidad de cada día. O, sino, pregúntenle a ver qué opina Jaime Durán Barba al respecto (a.k.a. el Mister Chasman de un Chirolita de morondanga). Ahí está, no será David Mamet ni tampoco Dennis Wilcox, pero ése resulta un ejemplo tanto coyuntural como contemporáneo. Misión cumplida.

Por Hernán Panessi
Licenciado en Relaciones Públicas y Periodista.

0 comentarios:

Publicar un comentario