Nota: "No al canon"

MEDIO: Revista Games Tribune (España), número de Septiembre 2011
FECHA: Agosto 2011
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No al canon

El consumo, la política, los comportamientos sociales, la micro y macro economía. Todo afecta de alguna u otra forma a los usuarios. Por eso, desde este espacio de reflexión, se recuerda y se toma postura acerca del caso “Canon tecnológico en Argentina” a raíz de la iniciativa del senador Miguel Ángel Pichetto, la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF), la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) y otros organismos vetustos.

UNO
Allá por Julio del 2011, todos los trabajadores y usuarios de medios tecnológicos argentinos estábamos pendientes por lo que sucedía con el llamado “Canon Tecnológico”. La negativa era unánime. La oposición y voz cantante emergió desde las redes sociales con fuerza hercúlea. #noalcanon, se dijo. El antecedente directo nos llegaba desde España: “El Congreso de los Diputados tumbó anoche oficialmente el canon digital al votar favorablemente una proposición no de ley que insta al Gobierno a la supresión del polémico gravamen sobre soportes y equipos susceptibles de almacenar y copiar archivos sujetos a derechos de autor. La proposición, presentada por el Grupo Popular, fue respaldada por todos los grupos (incluido el socialista) con 331 votos a favor y dos abstenciones”, decían. El replanteo de la industria en declive a nuestra sociedad es una reverenda estupidez aquí, en la Madre Patria o en la China. Mal que le pese a algunos, la cultura de consumo ha variado indefectiblemente. Que el usuario pague los platos rotos es de una hipocresía inmensa. ¡Hola Metallica!, ¿qué tal? Somos nosotros, ¿se acuerdan?, los que bajamos sus MP3, sí, pero también los que compramos sus discos, así que ojito con molestarnos.

DOS
El argumento del NO al Canon digital es absolutamente simple. Todos los antecedentes en su implementación –la mencionada tribulación española- no sirvieron, han generado corrupción y, por sobre todo, no ha favorecido ni a la cultura ni a los músicos. Sólo, y esto no es de asombrar, a un pequeño grupo sospechado por corrupción que –según tengo entendido- están tras las rejas. Ahora, ¿por qué han creído que en Argentina la cosa sería diferente? ¿Qué llevó a pensar que un “impuesto a los usuarios” podría solucionar la crisis de la industria? ¿No es, acaso, justamente, el usuario el principal sustento de toda actividad comercial? ¿El penalizar la descarga de un MP3 o, mismo, de un videojuego llevaría a la desaparición total de la piratería? ¿Realmente lo creyeron? En el website de NoAlCanon.org hay una frase que vale la pena mencionar: “El Canon digital es un cáncer para el arte, la cultura y la sociedad, una sanguijuela que quiere vivir parasitariamente de la sangre de la mayoría, pero que como todo parásito no aporta nada, sólo perjudica”.

TRES
La tematización de algo que sucedió en Julio, acá, en la columna de Septiembre, tiene una razón de ser: sigue siendo un tema de actualidad. Si bien fue suspendido el tratamiento del proyecto de ley conocido como canon digital, la cuestión sigue latente en la agenda setting. Recordémosle a la gente, y ¿por qué no? al senador Miguel Ángel Pichetto, que suspender (según la RAE: Detener o diferir por algún tiempo una acción u obra) no es rechazar (según la RAE: No aceptación, no omisión o resistencia a algo). Por eso, que no se “detenga por un tiempo” –dicen por ahí que se volverá a tratar después de las elecciones generales de Octubre- y que, en verdad, no se acepte. Cristina, querida, el pueblo nerdo-geek-gamer confía en vos. No nos podés fallar en esta. Por ello, ahora sí, digámosle todos juntos: ¡No al canon!

Hernán Panessi
Corresponsal GTM
Sudamérica (BBAA)
@HernanPanessi

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